jueves, noviembre 10, 2005

DICTADOS.

Me gusta notar por la mañana el olor de una variedad del napalm sobre el pueblo iraquí.

Me gusta notar que una noticia como esa queda por debajo de los nacionalismos o las deudas que tienen todos los partidos con lo bancos que les apoyan.

Me gusta ver como se convierten en demonios a aquellos que protestan por ser iguales.

Me gusta una vez más oler el napalm y que pocos más lo huelan, porque esa falta de olfato huele a...

¡VICTORIA!

De los cuadernos privados confeccionados a dictado de Nuestro Señor GBush I.

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